lunes, 26 de noviembre de 2012

Una flora muy peculiar

Una flora muy peculicar La flora endémica de Cabo Verde está compuesta por 66 especies, aunque además habría que considerar otras plantas que son igualmente exclusivas a nivel de subespecie (17), lo que suma un total de 83 endemismos. Como ya comentábamos de forma somera en el párrafo introductorio de este artículo, uno de los aspectos más sobresalientes de esta flora es su fuerte relación con la existente en o
tros archipiélagos de la Macaronesia, en concreto con Madeira y Canarias. Baste un dato: según un trabajo monográfico sobre las plantas endémicas de Cabo Verde, publicado en 1997, el 40% de los endemismos caboverdianos están relacionados con la flora canario-madeirense. Incluso, según otros botánicos, este grado de parentesco podría ser aún algo mayor. Dichas relaciones resultan muy evidentes cuando una persona conocedora de la flora macaronésica transita por los caminos del interior de las islas montañosas, donde se ve sorprendida por la presencia de cornicales (Periploca laevigata ssp. chevalieri), inciensos Artemisia gorgonum), cerrajas (Sonchus daltonii), tajinastes (Echium spp.), alhelíes (Erysimum caboverdeanum), jarillas (Helianthemum gorgoneum), bejeques (Aeonium gorgoneum), tabaibas (Euphorbia tuckeyana), corazoncillos (Lotus spp.), lenguas de pájaro (Globularia amygdalifolia), matos de risco o espliegos (Lavandula rotundifolia), tomillos (Micromeria forbesii), siemprevivas (Limonium spp.), etc. Naturalmente, los nombres vernáculos que acabamos de mencionar no son los que se usan en aquellas islas, sino los más habituales que empleamos en Canarias para los “primos hermanos” de estos endemismos. 

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